lunes, 26 de septiembre de 2011

el otro ojo

El sábado comencé mis clases de francés, idioma que siempre he querido aprender. Al recibirnos, le profesor nos dijo “felicidades por tomar la decisión de estudiar otro idioma. Quien sólo conoce uno, ve el mundo con un sólo ojo”. Y le encontré tanta razón. No necesariamente por el idioma, que de por sí te abre un millón de posibilidades, si no por el hecho de querer aprender algo nuevo, algo absolutamente fuera de mi campo profesional. 
Hay muchos profesionales exitosos y reconocidos en sus puestos de trabajo, pero ¿cuántos de ellos se atreven e interesan por abrir el otro ojo para mirar el mundo? Ya lo vi en la universidad.. todos estábamos preocupados de sacar la carrera cuanto antes y qué pocos aprovechamos (porque en un momento sí lo hice) de entrar a clases de otras carreras, de escuchar opiniones en otras facultades, en definitiva de disfrutar la “universalidad”. Obviamente hay un factor económico no despreciable de querer salir luego de la carrera, pero hay tantas instancias de aprovechar de aprender cosas nuevas sin atrasarse en la respectiva malla. Recuerdo con especial cariño el curso de Simbología del Cine ( con el gran Gastón Soublette como profesor). Implicaba cambiarme de campus y levantarme más temprano, pero fue una experiencia fascinante…descubrir los mensajes ocultos en películas en apariencia tan inocentes como El Gran Dictador de Chaplin o tener una segunda lectura de Titanic, que en nada se parecía a la historia de amor ya por todos conocida. Y ver las películas mudas de Buster Keaton mientras el profesor tocaba la banda sonora en el piano traído especialmente para la ocasión….invaluable.
Y creo que este afán de especialización, explica muchas de las situaciones absurdas que vemos hoy día…como que un Presidente hable de Robinson Crusoe como si fuese un hombre real y no el personaje de un famoso libro. O que, después de un viaje por Turquía, un alto ejecutivo de la empresa donde trabajaba me preguntara si me había gustado “Marruecos, la gran capital turca” (por suerte soy discreta con el nombre de los involucrados).
¿A qué quiero llegar? Que está bien la especialización y el querer ser destacado haciendo un trabajo de excelencia en aquellos campos que hemos estudiado. Pero, pucha que es importante también abrir el otro ojo, desarrollar el instinto de ver más allá, conocer más allá. Eso nos hace personas mucho más completas, incluso mejores. Cómo no va a ser interesante para un físico, entender un poco de arte para poder apreciar una escultura que encuentre en su camino. O para un músico, leer la historia que puede haber inspirado su ópera favorita. Y partiendo de lo más básico…aprender a escribir sin errores y al menos, tener idea de los titulares y de lo que ocurre en nuestro país y en el mundo.
 Hay que entender que ver una teleserie NO es lo mismo que ver buen cine, que leer el menú de un restaurant NO se parece en nada a leer un cuento y que el coa NO cuenta como idioma extranjero. Eso no más digo.

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